Yo te quiero Duvergé, aunque no me viste nacer,
pero tus calles pude recorrer, cuando de la guerra corrí.
Y en Las Baitoas yo viví, y al pasar por vengan a ver,
muchos chivos por allí, libremente vi correr.
Yo te quiero Duvergé y te llevo dentro de mí,
por esa emoción que sentí, cuando llegué a ti emocionado,
cual patriótico soldado que lucha con frenesí,
por lograr lo que ha pensado, llegar a su pueblo cansado
y con su gente compartir.
Yo te quiero Duvergé, a pesar de lo que ha pasado,
que unos desenfrenados que entraron por Haití,
los conucos han desolado, ya no hay mangos, plátanos,
quenepas, no hay maíz ni pollos en la isleta, eso no lo aprendieron de ti.
Querido Pueblo de gente preciada, inteligente y delicada,
que hay que hacer para librarte, de esos malvados que con malas
artes, te cambian tu perfil.
Yo quiero volver al Duvergé que conocí, antes de morir.
0 comentarios:
Publicar un comentario