Siguiendo con la convocatoria para que apoyemos la actividad de caminantes por la vida, aquí les dejo un relato de nuestro amigo Edwin Bello.
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Siguiendo con la convocatoria para que apoyemos la actividad de caminantes por la vida, aquí les dejo un relato de nuestro amigo Edwin Bello.
¨El que esperar puede, alcanza lo que quiere¨
A través de la vida, nos forjamos metas, retos, cosas que lograr, en el primer momento, esas cosas no son más que deseos, sueños, motivaciones, en fin.. entre el dicho y el hecho se encuentra un largo camino que recorrer, lleno de obstáculos, sacrificios, caídas, que al final, esas cosas son las que hacen que el premio sea más dulce, gratificante y nos ayuda a valorarlo en su justa dimensión.
Es muy gratificante saber que se ha estado esperando por mucho tiempo por alguien, y que luego resulta que esa paciencia por ver a esa persona llegar ha valido la pena, ver que todo eso por el cual soñamos, por el cual nos desvelamos, y más de una vez lo recreamos en nuestras mentes, ahora es real, ya no solo son buenos deseos y bonitas palabras, en fin, es un hecho consumado. Pero lamentablemente esto no es como los cuentos felices, que basta con un Fin y ya el resto es felicidad, no, ahí es que apenas empieza el recorrido en busca de la felicidad, de la plenitud, de lograr fundir esas dos almas en una, borrar dudas, enterrar miedos, compartir alegrías, llorar penas.
Por eso dicen que lo más difícil de amar, es esperar, y el que dijo eso aun no se imagina la razón que tenia, esa es la única manera de poner a prueba un amor, porque mientras se espera por eso que quieres, los demonios que llevas por dentro como humano al fin se encargaran de tratar de convencerte que tu corazón está equivocado, por eso sufrirás, por eso lloraras, por eso dudaras, por eso te dolerá, y mucho.
En fin, se trata de someter al corazón a un exorcismo, a mostrarle todas las caras posibles del dolor mientras se espera por la gloria, a hacerlo aprender que no se puede llegar a amar sin antes sufrir, a hacerlo pasar por el infierno durante el camino hacia el cielo.
El amor, es unidimensional, es ambicioso, lleno de ira y de rabia, porque todo lo desea y al no conseguirlo se puede transformar en el más cruel de los sentimientos, por eso, es único, no se comparte, es alpha y omega, principio y final, es egoísta y en su mundo solo gira él.
Por eso, ser paciente es una virtud, un don, algo que a la larga puede ser nuestra mejor arma para llegar a donde queremos, en esta vida de alguna manera estamos vivos para esperar la muerte, entonces, también podemos vivir en espera del amor, afortunado es aquel que tiene esa oportunidad, fácil es amar, difícil es esperar, mas difícil es ser sincero y entregarse en cuerpo y alma, y mucho más difícil es que se te entreguen de la misma manera a ti, pero en la vida todo es un riesgo, el cual debemos correr si es que queremos ver hecho realidad eso que alguna vez no fue más que una ilusión, por eso hoy, más que amarte yo te espero, y solo espero que ese espacio de tiempo que nos separa, nos sirva de funeral para enterrar todo aquello que nos atormenta, todo aquello que nos hace infelices, todo aquello que nos llena de miedo y de alguna manera empaña el cristal que protege a este amor puro, desnudemos nuestros corazones y librémoslos de complejos y ataduras, encadenemos nuestros demonios y de una vez por todas enviémoslos al infierno a donde pertenecen, y elevemos nuestras almas y como si fuera una pidámosles a Dios que nos bendiga y que haga de esto algo Divino, Eterno y Único, del cual solo tú y yo seamos testigos, nadie más, nada más, sin espacios a dudas ni a dolor, y así, cuando llegue ese momento, más que amarnos, vamos a esperar, a esperar por la inmortalidad de ese amor que será capaz de ir mas allá de nuestros cuerpos y de la muerte, por eso esta vez no te pediré que me ames, simplemente, espérame.
En su construcción trabajaron Pay Ferta, Muñeco Papale, Amoró, Kennedy Negrillin, Mistriade, Sergio Kalela.
Los primeros jugadores fueron Fernando Chichi, Atilano Morillo, Juan Arcadio, Edgar Oviedo hermano de Fausto Ureña, Santico Mulena.
Entre los que le dieron esplendor al baloncesto Damero están Acevedo, Pata de Palo, Jesus Marcelino, Kuqui Amado, Edgar.
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