Fueron muchas las veces que pude ver a mi abuela majando café en el patio de su casa, en su viejo pilón y con su mano de madera, mientras entonaba canciones que por su letra y ritmo eran tan viejas como aquellos instrumentos, luego colaba el café en su colador hecho de alambre y tela, aquel aroma inundaba la enramada techada de palma y el olor parecía quedarse eternamente allí. Hoy ya ese ritual es cosa del pasado, basta con comprar un paquete de café por unos cuantos pesos, y en minutos ya está listo, gracias a las modernas cafeteras que existen. Muchos dirían que se ha progresado y que ahora es más fácil, pero nunca tendrán idea de lo que se siente presenciar ese ritual que era preparar el café desde el pilón.
SE ESCUCHA EN TODOS LADOS PERO POCOS LA VEN! 🇩🇴
Hace 1 semana
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