Cada día nos trae sorpresas y casi siempre son desagradables. El panorama económico no puede ser peor, el cuadro social no augura nada bueno y el escenario político está lleno de actores que han olvidado su papel.
No hay que ser economista para darse cuenta de que vamos en picada hacia abajo, en una caída nunca vista, sin paracaídas y sin pilotos diestros que estabilicen la nave. Ni hay que ser sociólogo para advertir que los fundamentos de la sociedad dominicana están socavados, producto de la degeneración moral y ética en que hemos caído por falta de ejemplos de dignidad y decencia.
Como tampoco hay que ser superdotado para advertir que la desmedida ambición de los políticos, en términos generales, puede conducirnos a un total quebrantamiento de la institucionalidad y al desbordamiento de las pasiones, por un lado, y la desesperación, por el otro, en choques que nadie después podrá controlar. ¿Qué hacer, entonces?, ¿cruzarnos de brazos? De ninguna manera. Cada uno de nosotros, en la medida de sus posibilidades, tiene el derecho y el deber de expresar su inconformidad con el estilo de vida que se nos está imponiendo, solo porque un grupito quiere sacarle el jugo al país hasta la última gota.
Hay que protestar. Hay que resistir. Hay que reclamar derechos. Mañana puede ser demasiado tarde.
Foto propiedad de mimundoydemas.blogspot.com
2 comentarios:
pues sí, todos sabemos que así están las cosas, pero ¿qué estamos haciendo para cambiarlas? cuánto me molesta oir decir a la gente que esto no lo arregla nadie, porque nosotros sí podemos cambiar todo este desastre, pero debe ser NOSOTROS porque tú,él, ella o yo no podemos, podemos unos cuantos decir algunas cosas pero para atravesar esta nebulosa en que estamos todos se nesecita de la enería y voluntad de todos los que queremos la diferencia. amo esta tierra con todo los pro y los contra, pero huir no cambiara en nada las cosas, sería sólo dejar el problema al que no pueda salir huyendo.
Así mismo es Evelyn. Pero cuando vemos que los llamados a impartir justicia son los protectores de los que nos tienen en este estado, no ayuda mucho al animo ni a la voluntad de que nos pongamos a una y revertir las cosas, entonces, a quien acudir? Por donde empezar? es todo un laberinto que no nos deja ver claro alguna salida posible, pero tienes razón, si alguna oportunidad hay de salir a camino, es antes que todo, poniéndonos todos a una.
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