Ciruelas

¨No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido.¨

Hace poco, en un viaje del trabajo a Villa Jaragua, me di cuenta que dentro del solar de una de las obras que estamos construyendo había una mata de ciruelas bien llena de estas, y maduras en su mayoría, me sorprendí porque a pesar de estar en un lugar abierto las personas no entraban a tomarlas, por lo cual inmediatamente llegué a una conclusión: esas ciruelas eran malas, de todas maneras me acerco por curiosidad y al probar varias de estas me di cuenta que estaba completamente equivocado, eran bien dulces.

Debajo del árbol había un señor disfrutando de su sombra, que por lo que vi le importaba más eso que aquellos frutos, y le comenté que si esa mata de ciruelas estuviera en mi pueblo hace rato que no quedara ni una sola, y el me respondió: Quizás tengas razón, pero te aseguro que pasara lo mismo si en tu pueblo al igual que aquí hubieran una o dos de esas matas en el patio de cada casa, por lo tanto la gente no le hace caso a esta que está en este solar que nadie sabe como ni cuando nació.

Esa respuesta no ha dejado de dar vueltas en mi cabeza, y no he evitado hacer comparaciones con nosotros los humanos, a veces nos encontramos personas en nuestro camino e inmediatamente sin profundizar nos hacemos una idea prejuiciada de ella sin conocerla, y eso es un grave error, por eso muchas veces tenemos que retractarnos después de llegar a conclusiones erróneas sobre muchas matas de ciruelas que se nos cruzan en la vida.