Mis cinco pesos..

Hace unos días, tomé un carro publico cerca de mi casa rumbo al centro de la ciudad, en el primer semáforo que encontramos vimos a un niño limpiándole los cristales a un carro, al finalizar su trabajo le tocó en el vidrio al conductor para que le diera algo, pero no le hizo caso y aceleró su vehículo cuando la luz cambió a verde.

El chofer del carro publico en que iba, empezó a criticar a aquel hombre: ¨Ese maldito no se apiadó de ese niño, ni siquiera cinco míseros pesos le regaló, ni porque estamos en navidad¨, Enseguida el chofer encontró el apoyo de los demás pasajeros, pero no se detuvo ahí, siguió lanzando insultos ya no solo contra aquel hombre, además contra los padres del niño por tenerlo en esas condiciones, contra el gobierno por no darle apoyo, en fin, insultos por doquier.

Al montarme al carro, le pagué el pasaje y quedó debiéndome cinco pesos, pero al parecer de tantas maldiciones se le había olvidado darme el cambio. Antes de llegar al lugar a donde iba yo, me dice que tiene que desviarse (Huyéndole a los tapones que había ese día), y me pide que me desmonte del vehículo. Yo le recuerdo que me debe cinco pesos y me vuelve a decir que no tiene menudo y que eso no es nada, le dije: ¨Yo sé que eso no es nada, pero usted antes de hablar de moral y ponerse a insultar a todo el mundo, haga las cosas bien por más pequeñas que sean, quédese con los cinco pesos, pero regáleselos al primer niño limpiavidrios que vea¨.

Para muchos de nosotros, criticar lo que está mal hecho, es pan comido. Lo difícil es pregonar con el ejemplo, hacer las cosas de la manera correcta. Más que andar buscando excusas de porqué las cosas andan mal, lo que debemos hacer son buenas acciones para que aquellas sean menos. La decisión está en tus manos.